Principios de Salud, Vigencia Actual y Esperanza Escatológica

El cuidado del cuerpo ocupa un lugar central en la fe cristiana, especialmente dentro de la Iglesia Adventista del Séptimo Día. Para los creyentes, la salud no es simplemente un asunto de bienestar físico, sino un acto de mayordomía y fidelidad hacia Dios. La Biblia enseña que el cuerpo humano es “templo del Espíritu Santo” (1 Corintios 6:19), y, por tanto, debe ser cuidado con reverencia y responsabilidad.
Entre los pasajes bíblicos que más énfasis ponen en este aspecto está Levítico 11, donde se presentan normas alimenticias que distinguen entre animales limpios y no limpios. Aunque estas instrucciones fueron dadas originalmente al pueblo de Israel, su relevancia trasciende la cultura y el tiempo. Hoy en día, tanto la ciencia moderna como la experiencia práctica confirman que estos principios tienen un impacto directo en la salud física, la claridad mental y la preparación espiritual para la segunda venida de Cristo.
La pregunta clave es: ¿sigue siendo vigente el mensaje de Levítico 11 para los redimidos en nuestros días, o fue abolido en la cruz? Este artículo busca responder a esta cuestión, explorando la relación entre salud, espiritualidad y esperanza escatológica, con un análisis bíblico, científico y adventista.
Contexto histórico de Levítico 11
El libro de Levítico fue escrito en un contexto en el que Israel estaba siendo formado como nación. Dios buscaba apartar a su pueblo de las costumbres de los pueblos vecinos, muchos de los cuales practicaban ritos idolátricos y consumían animales perjudiciales para la salud. Las leyes de pureza tenían un doble propósito: sanitario y espiritual.
Por ejemplo, en tiempos antiguos no existían sistemas de refrigeración ni métodos modernos de higiene. Comer carne de cerdo o mariscos, altamente susceptibles a parásitos y bacterias, representaba un riesgo de enfermedades graves como la triquinosis. Más allá de lo físico, Dios enseñaba a Israel a vivir en santidad: “Seréis santos, porque yo soy santo” (Levítico 11:44).
De esta manera, la dieta era un recordatorio constante de que incluso en los actos cotidianos, como comer y beber, los hijos de Dios debían reflejar obediencia y consagración.
Principio bíblico: animales permitidos y prohibidos
El capítulo 11 de Levítico establece criterios simples:
- Animales limpios (permitidos): aquellos con pezuña hendida que rumian (ejemplo: vacas, ovejas, venados).
- Animales inmundos (prohibidos): aquellos que no cumplen ambas condiciones, como el cerdo, el camello y el conejo.
- Animales acuáticos limpios: los que tienen aletas y escamas (ejemplo: peces como la tilapia, la trucha).
- Animales acuáticos inmundos: los que carecen de estas características, como el camarón, los cangrejos y las anguilas.
- Aves limpias: en general, las aves que no son carroñeras.
- Aves inmundas: buitres, cuervos, halcones y otras aves de rapiña.
Este principio no fue arbitrario. La clasificación divina tenía el propósito de proteger la salud del pueblo, pero también de enseñar obediencia en aspectos aparentemente sencillos. En palabras de Elena de White: “Dios dio a los israelitas instrucciones explícitas respecto a su manera de vivir, y si hubiesen obedecido, habrían estado libres de enfermedades” (La Ciencia del Buen Vivir, p. 283).
El valor nutricional de los animales permitidos
Los rumiantes limpios, como vacas y ovejas, poseen un sistema digestivo que transforma las fibras vegetales en nutrientes de alta calidad. Su carne y leche, especialmente cuando son alimentados con pasto, contienen niveles más altos de ácidos grasos omega-3, antioxidantes y vitaminas esenciales que promueven la salud cardiovascular y cerebral (Mozaffarian et al., 2010).
Un ejemplo claro es la diferencia entre la carne de res alimentada con pasto y la carne industrial de animales engordados con granos. La primera es más rica en omega-3, mientras que la segunda contiene más grasas saturadas dañinas. Esto confirma lo que la Biblia enseñaba hace miles de años: no todo animal apto para consumo humano es igualmente beneficioso.
Los animales prohibidos y sus riesgos
Entre los animales inmundos destaca el cerdo, que ha sido consumido masivamente en la mayoría de culturas, pero con consecuencias graves para la salud. La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha relacionado la carne procesada de cerdo con el aumento de cáncer colorrectal (WHO, 2015). Además, el cerdo es portador de parásitos como la triquina, que puede transmitirse al ser humano si la carne no está completamente cocida.
Los mariscos, igualmente prohibidos, suelen acumular toxinas y metales pesados en sus organismos, representando riesgos adicionales para la salud. De hecho, los pescados sin escamas como el bagre tienden a concentrar más contaminantes en su carne.
En este sentido, lo que para los pueblos vecinos de Israel era un manjar, para Dios representaba un veneno disfrazado. Elena de White escribió: “La carne de cerdo nunca debió ser utilizada como alimento por el hombre. Es dañina, y su consumo trae enfermedades” (Consejos sobre el Régimen Alimenticio, p. 392).
Evidencia científica moderna
La ciencia confirma hoy lo que Dios estableció hace milenios. Diversos estudios muestran que una dieta basada en alimentos vegetales y en carnes magras de animales limpios es más beneficiosa que el consumo indiscriminado de carnes y grasas.
- Las grasas saturadas elevan el colesterol LDL y aumentan el riesgo de aterosclerosis, infartos y accidentes cerebrovasculares (Mozaffarian et al., 2010).
- Las dietas vegetarianas o basadas en plantas reducen el riesgo de enfermedades cardiovasculares, diabetes tipo 2 y ciertos cánceres (Sabaté, 2017).
- La Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC) clasifica la carne procesada como carcinógeno Grupo 1, con fuerte evidencia de su relación con el cáncer colorrectal (WHO, 2015).
De hecho, la experiencia adventista en Loma Linda, California, considerada una de las “Zonas Azules” del mundo, ha demostrado que los adventistas que siguen una dieta vegetariana o basada en principios bíblicos viven entre 7 y 10 años más que la media (Fraser, 2003). Esto es un testimonio vivo de la vigencia de Levítico 11 en la actualidad.
¿Fue abolido Levítico 11 en la cruz?
Uno de los debates más comunes es si las leyes dietéticas fueron abolidas con la muerte de Cristo. Algunos citan pasajes como Hechos 10 (la visión de Pedro) o Colosenses 2:16-17 para sostener que ya no son necesarias. Sin embargo, un análisis cuidadoso revela lo contrario:
- Hechos 10: Pedro ve un lienzo lleno de animales inmundos y escucha: “Levántate, Pedro, mata y come”. Sin embargo, el propio Pedro aclara el significado en el versículo 28: “Dios me ha mostrado que a ningún hombre llame común o inmundo”. La visión no trataba de alimentos, sino de la aceptación de los gentiles.
- Colosenses 2:16-17: Pablo habla de fiestas, lunas nuevas y sábados ceremoniales, no de las leyes de salud permanentes.
- Mateo 5:17-18: Jesús dijo que no vino a abrogar la Ley, sino a cumplirla.
Por tanto, Levítico 11 sigue vigente, no como medio de salvación, sino como principio eterno de salud y obediencia. Elena de White afirma: “La reforma pro salud es parte del mensaje del tercer ángel… Debe obrar como el brazo derecho del evangelio” (Testimonios, t. 6, p. 327).
Relevancia escatológica: salud y segunda venida
La alimentación tiene un papel crucial en la preparación del pueblo de Dios para la segunda venida de Cristo. El enemigo busca nublar la mente mediante la intemperancia, debilitando las facultades morales. Por eso, la reforma pro salud prepara a los redimidos a discernir entre el bien y el mal en tiempos de engaño.
Elena de White escribió: “El comer y el beber en exceso embotan las facultades mentales y espirituales, y la intemperancia prepara el camino para la corrupción” (Consejos sobre el Régimen Alimenticio, p. 45).
En contraste, quienes adoptan una dieta basada en principios bíblicos desarrollan mayor claridad mental, fortaleza moral y sensibilidad espiritual. La dieta se convierte en una prueba de lealtad en lo cotidiano, que fortalece el carácter para pruebas mayores.
Apocalipsis describe a los redimidos como un pueblo que guarda los mandamientos de Dios y tiene la fe de Jesús (Apocalipsis 14:12). Este testimonio no se limita a doctrinas, sino que incluye el estilo de vida. Por eso, Levítico 11 no es un asunto menor, sino parte de la preparación integral del pueblo de Dios para encontrarse con Cristo en gloria.
Cuadro narrativo: comparación entre animales limpios e inmundos
- Animales limpios (ejemplo: res, oveja, pez con escamas)
- Beneficios: mejor perfil nutricional, menor riesgo de parásitos, fuente de omega-3.
- Lección espiritual: obediencia y gratitud.
- Animales inmundos (ejemplo: cerdo, camarón, buitre)
- Riesgos: parásitos, toxinas, grasas saturadas dañinas, riesgo de cáncer.
- Lección espiritual: abstinencia de lo que contamina.
Este contraste refleja un principio eterno: Dios no quiere privar al ser humano de lo bueno, sino protegerlo de lo dañino.
Conclusión
Levítico 11 no fue abolido ni pertenece solo a la antigüedad. Es un principio divino de cuidado y santidad que sigue siendo relevante en el siglo XXI. La ciencia moderna respalda lo que la Biblia enseñó desde el principio: hay alimentos que promueven la vida y otros que la deterioran.
Para los adventistas y todos los creyentes que esperan la segunda venida, la dieta no es un tema marginal, sino parte de la preparación espiritual. Cuidar el cuerpo como templo del Espíritu Santo refleja obediencia y fidelidad a Dios.
En palabras de Elena de White: “La salud es un tesoro. Es la bendición más preciosa que los mortales pueden poseer” (La Ciencia del Buen Vivir, p. 271). Al seguir las instrucciones de Levítico 11, los redimidos honran a su Creador, fortalecen su salud y testifican de su esperanza en Cristo, quien pronto vendrá.
Como declara 3 Juan 2: “Amado, yo deseo que tú seas prosperado en todas las cosas, y que tengas salud, así como prospera tu alma.”
Referencias
- Fraser, G. E. (2003). Diet, Life Expectancy, and Chronic Disease: Studies of Seventh-day Adventists and Other Vegetarians. Oxford University Press.
- Mozaffarian, D., Micha, R., & Wallace, S. (2010). Effects on coronary heart disease of increasing polyunsaturated fat in place of saturated fat: A systematic review and meta-analysis of randomized controlled trials. PLoS Med, 7(3), e1000252. https://doi.org/10.1371/journal.pmed.1000252
- Sabaté, J. (2017). Vegetarian diets and chronic diseases: Benefits and risks. American Journal of Clinical Nutrition, 105(3), 570S-575S. https://doi.org/10.3945/ajcn.116.142097
- Tuso, P. J., Ismail, M. H., Ha, B. P., & Bartolotto, C. (2013). Nutritional update for physicians: Plant-based diets. The Permanente Journal, 17(2), 61-66. https://doi.org/10.7812/TPP/12-085
- World Health Organization (WHO). (2015). Q&A on the carcinogenicity of the consumption of red meat and processed meat. https://www.iarc.fr/en/media-centre/iarcnews/2015/mono44-pressrelease-en.php
- White, E. G. (1905). La Ciencia del Buen Vivir. Review and Herald Publishing Association.
- White, E. G. (1938). Consejos sobre el Régimen Alimenticio. Pacific Press Publishing Association.
- White, E. G. (1909). Testimonios para la Iglesia, Tomo 6. Pacific Press Publishing Association.