El Evangelio en Tiempos Digitales: Un Llamado a Regresar al Corazón del Mensaje
El artículo “El Evangelio en Tiempos Digitales: volver al corazón del mensaje” reflexiona sobre cómo el mensaje de Cristo, aunque eterno, se enfrenta hoy a una cultura saturada de información y estímulos breves que dificultan la escucha profunda de la verdad. Analiza cómo la recepción del evangelio se ha vuelto emocional y superficial, y cómo su impartición corre el riesgo de transformarse en espectáculo o simple difusión sin discipulado. A la luz de la Biblia y los escritos de Elena G. de White, se enfatiza que el verdadero poder del mensaje radica en la acción del Espíritu Santo y en la fidelidad del corazón que lo encarna, no en la tecnología ni en la popularidad. El texto concluye con un llamado a regresar a los principios originales del evangelio: oración, sencillez, verdad y transformación interior, recordando que el Reino no se mide en clics, sino en corazones cambiados.
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La empatía bíblica: sentir con el corazón de Cristo
La empatía cristiana no es complicidad, es amor con discernimiento. El verdadero creyente aprende a comprender al que sufre sin justificar el error, a acompañar sin perder su pureza, y a orar sin dejarse arrastrar. Jesús mostró compasión por los pecadores, pero nunca participó de sus obras; Su amor buscaba restaurar, no consentir. Así también, el cristiano está llamado a tener un corazón sensible, una mente firme y un espíritu orante, que lo mantengan en el terreno de la luz mientras extiende la mano a quienes tropiezan. La empatía que transforma nace del amor divino, un amor que redime sin ceder ante el mal y que refleja el equilibrio perfecto entre ternura y verdad.
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¿Evangelización o espectáculo? La oración en lugares profanos y el dilema del fin y los medios
La oración no se santifica por el lugar donde se realiza, sino por el espíritu con que se eleva. Aunque muchos defienden orar o evangelizar en eventos deportivos o de boxeo “para alcanzar multitudes”, Jesús nunca usó el espectáculo para atraer, sino la verdad para transformar. Elena G. White advierte que lo sagrado se degrada cuando se mezcla con lo profano. El verdadero acto redentor no busca visibilidad, sino coherencia con Cristo: obediencia, humildad y pureza en todo lo que lleva su nombre
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Sanación y Perdón: Cuando el Alma se Libera, el Cuerpo Sana
El artículo reflexiona sobre la relación profunda entre la sanación y el perdón desde una perspectiva bíblica y espiritual. Explica que la verdadera curación no solo abarca el cuerpo, sino también el alma y la mente, y que el perdón de los pecados es el primer paso hacia la restauración integral del ser humano. A la luz de las enseñanzas de la Biblia y los escritos de Elena G. de White, se muestra que el pecado y la culpa afectan la salud física y emocional, mientras que el perdón libera, trae paz interior y favorece la armonía con Dios, consigo mismo y con los demás. El texto concluye afirmando que el perdón no es solo una gracia espiritual, sino también una medicina divina que devuelve al ser humano la serenidad, la esperanza y el equilibrio necesarios para vivir plenamente.
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Unidad eclesial: el canal de la lluvia tardía, el zarandeo y la fidelidad en la apostasía
La unidad eclesial es más que un ideal; es el reflejo visible del amor de Cristo en su iglesia y la condición indispensable para el derramamiento del Espíritu Santo en la “lluvia tardía”. Jesús oró para que sus discípulos fueran uno, y en esa comunión radica la fuerza del testimonio cristiano. La verdadera unidad no se basa en afinidades superficiales, sino en una fe compartida, un propósito común y un amor que se manifiesta en servicio y humildad. Cuando la iglesia se une doctrinal, afectiva y espiritualmente, se convierte en un canal por el cual fluye el poder divino, venciendo las divisiones y fortaleciendo su misión en medio de un mundo fragmentado. En tiempos de zarandeo y apostasía, la fidelidad se prueba en la cohesión del pueblo de Dios. La iglesia que permanece unida en oración, en el estudio de la Palabra y en el amor fraternal se mantiene firme frente a la confusión doctrinal y las pruebas venideras. Esta unidad no es un adorno, sino la armadura espiritual que prepara al pueblo para resistir y recibir la lluvia tardía. Solo un cuerpo reconciliado, humilde y consagrado puede ser el instrumento por el cual el Espíritu Santo derrame su poder final, avive la fe y anuncie con fuerza el inminente regreso de Cristo.
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La Vestimenta y la Modestia: Reflejo Visible de un Corazón Transformado
La vestimenta no tiene poder para salvar, pero sí revela el carácter y la fe que habitan en el corazón. La Biblia enseña que el verdadero adorno no está en lo externo, sino en un espíritu afable y apacible (1 Pedro 3:4). Elena G. de White señaló que el vestido sencillo debe ser una lección de modestia y pureza: no una regla, sino una expresión visible de una vida guiada por la humildad, la sobriedad y el respeto hacia Dios. Así como en el mundo profesional la forma de vestir refleja responsabilidad y coherencia con una misión, en la vida cristiana la modestia cumple la misma función espiritual: testificar sin palabras. Vestir con pudor no es negar la belleza, sino elegir una elegancia que no busca atención, sino armonía. En una sociedad que idolatra la apariencia, la sencillez se convierte en libertad y el pudor en una forma silenciosa de adoración.
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Las Leyes Ceremoniales: Propósito, Vigencia y Relevancia Teológica
En el presente articulo se explica que la ley en la Biblia no es un concepto único, sino que se presenta en tres dimensiones distintas. La ley moral, expresada en los Diez Mandamientos, refleja el carácter eterno de Dios y permanece vigente para todo creyente. La ley civil regulaba la vida social de Israel como nación teocrática, pero tuvo un carácter temporal. La ley ceremonial, compuesta por sacrificios, fiestas y ritos de purificación, enseñaba mediante símbolos el plan de redención y apuntaba a Cristo como el Cordero de Dios. Con su muerte, esta última se cumplió, quedando abolida en la cruz.
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Evangelismo verdadero vs. evangelismo fariseo: Una advertencia para la iglesia hoy
El artículo analiza la diferencia entre el evangelismo fariseo y el discipulado de Jesús. Los fariseos ganaban conversos para un sistema religioso cargado de tradiciones, generando fanatismo y esclavitud espiritual. En contraste, Cristo llamó a una conversión genuina, basada en el nuevo nacimiento y el fruto del Espíritu. Hoy, la Iglesia Adventista enfrenta el desafío de no repetir el error fariseo, pues casi la mitad de los bautizados se retiran por falta de discipulado. El éxito no debe medirse en cifras, sino en vidas transformadas. La misión verdadera es hacer discípulos que permanezcan firmes en Cristo.
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Principios de Salud, Vigencia Actual y Esperanza Escatológica
Levítico 11 presenta principios divinos sobre animales limpios e inmundos que trascienden el tiempo y siguen siendo relevantes hoy. Más que normas antiguas, son pautas de salud y obediencia que protegen al ser humano de enfermedades y fortalecen la vida espiritual. La ciencia moderna confirma que evitar carnes inmundas y dietas altas en grasas saturadas reduce riesgos de cáncer, obesidad y enfermedades cardiovasculares. Para los redimidos, cuidar el cuerpo como templo del Espíritu Santo refleja fidelidad a Dios y prepara para la segunda venida. Así, la alimentación se convierte en un testimonio de fe y esperanza cristiana.
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El Varón de Dios y el Profeta anciano de Betel: Un Estudio Profundo para el Tiempo del Fin
El relato del varón de Dios en Betel (1 Reyes 13) revela profundas lecciones de obediencia, discernimiento y juicio divino. Aunque cumplió gran parte de su misión, desobedeció al aceptar la mentira de un profeta viejo que lo indujo a contradecir la palabra de Dios. El juicio inmediato mediante un león mostró la seriedad de la desobediencia. Este episodio ilustra que la obediencia parcial es desobediencia completa, que el engaño religioso es el más peligroso y que solo la fidelidad a la Escritura garantiza seguridad. En el tiempo del fin, esta historia anticipa los engaños proféticos y la victoria del León de Judá.
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La apostasía como señal del tiempo final
La apostasía interna es una de las señales más solemnes del tiempo del fin. No surge fuera de la iglesia, sino en su interior, manifestándose en la desviación doctrinal, el rechazo del Espíritu de Profecía y la adopción de prácticas mundanas. Este proceso genera un zarandeo que separa a los fieles de los infieles, revelando quiénes están cimentados en la verdad. Aunque inquietante, la apostasía cumple un propósito divino: purificar a la iglesia y preparar a los redimidos para el derramamiento de la lluvia tardía. El llamado es urgente: buscar la santidad mediante oración ferviente, arrepentimiento genuino, obediencia y misión activa.
Leer másLa lluvia tardía y la purificación final
En la Biblia, las lluvias temprana y tardía simbolizan la obra del Espíritu Santo: la primera prepara la siembra y la segunda madura el fruto (Dt. 11:14; Jl. 2:23; Stg. 5:7). Proféticamente, la lluvia tardía representa el derramamiento final del Espíritu antes del cierre de la gracia, con el propósito de madurar el carácter del pueblo de Dios y capacitarlo para proclamar con poder el mensaje de los tres ángeles (Apoc. 14 y 18). Este don divino no se concede indiscriminadamente, sino bajo condiciones espirituales esenciales: comunión íntima con Cristo, oración ferviente, arrepentimiento genuino, obediencia a la Palabra y disposición misionera. Solo los que viven en santidad estarán preparados para recibirlo. La lluvia tardía sostendrá a los fieles en la crisis final y los preparará para el regreso de Cristo. Es, por tanto, un llamado urgente a la consagración personal, la vigilancia espiritual y la misión activa en el tiempo presente.
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Crisis económicas y desigualdad: señales bíblicas y proféticas (Parte II)
as crisis económicas recientes han profundizado la desigualdad y la pobreza global, afectando con mayor dureza a trabajadores, familias vulnerables y comunidades rurales. Mientras los grandes inversores recuperan rápidamente sus ganancias, millones de hogares destinan la mayoría de sus ingresos a la subsistencia básica, sin capacidad de ahorro ni acceso a educación y salud. Este fenómeno, agravado por la pandemia y los conflictos, genera migración forzada, desnutrición infantil y fragmentación social. Desde la perspectiva bíblica y adventista, la desigualdad es consecuencia de sistemas injustos y un llamado profético a la iglesia a responder con compasión activa, justicia social y servicio práctico.
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El debilitamiento de la familia: otra señal del declive moral del siglo XXI
La familia, piedra angular de la sociedad y núcleo espiritual según la Biblia, atraviesa una crisis global. El aumento del divorcio, los hogares sin padres y la pérdida de valores tradicionales afectan gravemente a los niños, debilitando la estabilidad social y emocional. La Escritura enseña que el matrimonio es un pacto sagrado (Génesis 2:24; Efesios 6:1–4), pero el relativismo ha erosionado este principio. Elena G. de White advierte que si el hogar se debilita, la sociedad se desintegra. Restaurar la familia y fortalecer los valores bíblicos es esencial para contrarrestar el declive moral contemporáneo y preparar un futuro justo.
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El Declive Moral del Siglo XXI
En el siglo XXI vemos un claro declive moral: violencia, hipersexualización y relativismo que diluye los principios de Dios. La Biblia y Elena G. de White nos advierten que estas son señales de los últimos tiempos. Hoy más que nunca, estamos llamados a vivir con pureza, justicia y fidelidad a la Palabra
Leer másFormando Corazones y Mentes
La educación adventista no solo forma mentes brillantes, también moldea corazones comprometidos con Dios y el servicio. Con más de 10.000 instituciones en el mundo, sigue transformando vidas con fe, conocimiento y propósito.
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